jueves, 18 de junio de 2015

EL MEJOR BANQUERO

Cuando pensamos en finanzas y en el estudio de estas, seguramente en el menos que pensamos es en Dios... 
Y seguramente de la misma manera, muchos conocemos la parábola o historia bíblica acerca de los talentos. Esta parábola tiene muchos matices de la misma manera que de la que ya hemos hablado anteriormente "El Hijo Pródigo". Así que esta vez haremos algo similar.
Brevemente, para quienes no la conocen; trata acerca de un hombre y sus 3 empleados, a los cuales les deja delegada la tarea de administrar una cantidad determinada de dinero antes de salir de viaje.
En la historia no menciona que el hombre les haya dado alguna instrucción o explicación, ni tampoco la duración del viaje. Simplemente nos dice que él sabía las capacidades de cada uno de ellos y de acuerdo a eso es que les encargó las cantidades de 5, 2 y 1 talento respectivamente.
La parábola concluye cuando el hombre vuelve y recibe de los primeros dos empleados, los talentos que les había encargado más "los intereses" y los felicita, pero no así al último de los empleados; al cuál sólo le había sido entregado 1 talento, éste respondió que tuvo miedo de él y escondió el dinero en lugar de meterlo al banco, como el hombre le reclama después. Este último no sólo no es felicitado, sino que es reprendido y echado fuera; además de serle quitado el único talento que tenía y dándoselo al que tenía más.


La mayoría de las veces, cuando leemos o estudiamos esta parábola; nos gusta referirnos al hecho de que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros diferentes "talentos" y "dones", los cuales debemos desarrollar y multiplicar; y en realidad así es. Dios nos hizo a cada uno especial para un propósito determinado, y todas esas configuración especial que nos ha dado a cada uno son las herramientas para ello.
Dios sin duda nos llama a todos, sobre todo a los que ya le hemos conocido y aceptado; a que cambiemos nuestros principios financieros. Él nunca ha estado peleado con el dinero y al contrario, nos exhorta a que seamos inteligentes, sabios y prudentes en el manejo de este. Así que pongamos un poco de atención a esta parábola que se encuentra en el evangelio de Mateo versículo 14 y veamos que el propósito de lo que Él con su bendición nos da no es para guardarlo o "esconderlo"; es para hacerlo multiplicar y fructificar para que de esta manera podamos ser de bendición a otros. Él se encargará también de darnos más si lo hacemos así, porque de otro modo; si nos empeñamos en derrochar, o creer que sólo con mantenernos en "suficiente" está más que bien, es muy posible que aún eso lo perdamos.
Les agradezco como siempre el llegar hasta aquí y como siempre, si les agradó; tienen alguna pregunta o comentario, no duden en usar los botones de contacto y comentarios. ¡Seamos de bendición siempre los unos a los otros!


Sin embargo, esta parábola tiene una enseñanza muy específica si lo vemos desde la perspectiva financiera. Actualmente se ha dado mucho el escuchar a hombres y mujeres que nos dicen cómo conseguir libertad financiera, los principios del ahorro y la inversión y cómo lograr aumentar nuestros capitales; pero pocos nos hemos dado cuenta que estos ya están escritos desde hace mucho tiempo y es nada más y nada menos que Jesucristo el que nos lo muestra.